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«Nuevos desafíos: Hacia una docencia significativa» por Amparo Aranda

Autora: Amparo Aranda

Vice-Presidenta de la Asociación Civil Mujeres para el Mundo

Los vertiginosos cambios que nos muestra el mundo imponen desafíos a la educación y a la producción de conocimiento en busca de su pertinencia con la realidad. Se impone en este sentido una implicación de las universidades y centros de formación en todos sus niveles, con la construcción y consolidación del tejido social. Se requiere entonces traspasar los muros de los centros de enseñanza para que sus actores se sitúen justo allí, donde ocurren los problemas, donde la realidad habla con toda su riqueza para orientar la reflexión crítica y validar desde la visión de cada ciudadano, de cada actor comunitario y de cada praxis social, lo que venimos diciendo de ella desde los centros de “producción de saberes”.

Una docencia significativa consiste entonces en implicarse con la realidad, con el entorno, con las comunidades, con las Organizaciones de la Sociedad Civil, con la gente, para educar con pertinencia, lo cual significa educar para la vida, para aprender a pesar, aprender a actuar y aprender a incidir, más allá de recetas, pasos o modelos impuestos. Es pensar, repensar y reconstruir la realidad, validando desde allí el conocimiento y planteándonos nuevas formas, nuevas interpretaciones y nuevas actuaciones.

Los actuales desafíos post pandemia que enfrenta el mundo, requieren de docentes que salgan a los espacios locales, como un aprendiz más, como un ciudadano más, para interactuar con sus estudiantes, con los líderes sociales, las mujeres, los hombres, los jóvenes, los ancianos, las organizaciones sociales e instituciones públicas y juntos dimensionar qué sentimos, por qué ocurre lo que ocurre, qué hemos hecho hasta ahora y qué alternativas pueden construirse desde una visión compartida y co creadora para reducir los impactos, colocando en el centro de las actuaciones la humanidad y la vida.

Es urgente valorar hoy más que nunca el rol de las universidades en la consolidación de la cohesión social hacia la búsqueda incansable del diálogo entre producción de conocimiento y saberes populares. Para ello, es necesario situarse fuera de los de los centros del saber y volver a ellos para sistematizar, documentar y aportar, desde un proceso iterativo e interactivo que nunca culmina ni se agota en ninguno de los espacios de actuación. Es un proceso de auto educación permanente.

Entonces, continuemos en nuestra labor de formación desde las propuesta curriculares, pero trascendamos hacia una docencia significativa para que juntos nos empoderemos para reconstruir la sociedad y cuidar el mundo, pues sin ello, nada tendría sentido.

 

Artículo enviado como contribución al «Manifiesto de innovación pública desde las universidades». Si lo deseas, puedes enviar tus aportaciones.

Foto de Dan Dimmock en Unsplash

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