Autora: Loredana Stan
Gerente de NovaGob e Investigadora de la Red InnoLabs
La situación de crisis sanitaria global provocada por el covid-19 ha puesto aún más de relieve que en la sociedades actuales, inmersas en procesos de globalización acelerada y transformación digital disruptiva, ningún actor -ni siquiera el sector público- tiene el monopolio de la respuesta a los apremiantes retos a los que nos enfrentamos. También nos hemos dado cuenta -o al menos en mayor medida- de la importancia de la innovación científica, tecnológica, pública y social para que la respuesta sea sostenible y con un alto valor público.
En este contexto es necesario apostar por una visión de “ecosistema” que incorpore la innovación abierta como paradigma principal, y, por tanto, cuente activamente con el conocimiento, la inteligencia y el talento de todos los actores del sistema (universidades, administración pública, empresas, tercer sector y ciudadanía). La innovación abierta es un concepto acuñado por Henry Chesbrough (2003) para estrategias empresariales, viendo la necesidad de transformar la gestión de la innovación, abriendo las organizaciones a la integración de ideas y conocimiento externo. El enfoque de la innovación abierta diversifica e intensifica a la vez la creación de redes de colaboración entre actores.
Las universidades pueden y deben tener un papel central en este nuevo escenario. Sin embargo, esta nueva centralidad dependerá de la capacidad de transformación interna de las propias instituciones universitarias, creando espacios más flexibles, receptivos a los inputs y demandas externas y donde se pueda facilitar la transversalidad de los esfuerzos desde diferentes ámbitos. Para situarse en el centro del sistema, las universidades deben tomar la iniciativa y liderar el trabajo en red en base al conocimiento que producen. De ese modo, se pueden aprovechar las sinergias entre los actores miembros para generar un ecosistema simbiótico funcional, en términos de la descripción realizada por Mazzucato (2014), en el que los resultados de la innovación creen valor para todos los actores implicados. La iniciativa de Medialab UGR de celebrar un Encuentro iberoamericano de “Innovación Pública desde las universidades” y de aglutinar ideas, opiniones, conocimiento de diferentes actores del ecosistema público iberoamericano en torno a un Manifiesto de Innovación Pública desde las Universidades» da buena muestra de ello.
Las Universidades cuentan con el potencial para crear, al menos, dos tipos de espacios que pueden servir para potenciar el cambio desde la innovación “aislada” o “cerrada” hacia una cultura de la innovación que abarque todas las esferas de la sociedad.
Hablamos, por una parte, de los llamados laboratorios de gobierno para la innovación pública (“goblabs”), que se configuran como espacios que facilitan la multidisciplinariedad y transversalidad de actores y desde los que se potencia el desarrollo de la innovación abierta y la transferencia de conocimiento a través de la co-creación iterativa de soluciones a retos concretos de la esfera pública y social. Bason (2010) los denominó “espacios seguros” en los que mediante la creatividad y la colaboración se ofrecen nuevos enfoques, habilidades, modelos y herramientas para el abordaje de dichos retos.
De otra parte, también las spin-off (iniciativas de emprendimiento promovidas por miembros de la comunidad universitaria) tienen un papel relevante para la transferencia de conocimiento desde la universidad hacia la sociedad. Las universidades son actores clave para la investigación básica, aunque precisan generar estrategias eficaces de transferencia para que el conocimiento científico pueda transformarse en innovación que impacte en su entorno social. En este sentido, las spin-off suponen una oportunidad para que las universidades articulen proyectos de transferencia de conocimiento. Así se puede observar desde la propia experiencia de NovaGob, que se inicia como spin-off de la Universidad Autónoma de Madrid, a raíz de un trabajo de investigación doctoral sobre tecnologías sociales en el sector público, para posteriormente, desarrollarse y consolidarse como un proyecto de transferencia de conocimiento. Si bien NovaGob finaliza su vinculación con la UAM en 2019 tras un primer proceso de incubación, mantiene su estrecha vinculación con universidades del ecosistema de innovación en el ámbito iberoamericano.
Referencias:
Bason, C. (2010). Leading public sector innovation: co-creating for a better society. Polity Press. Bristol
Chesbrough, H.W. (2003). Open Innovation The New Imperative for Creating and Profiting from Technology. Harvard Business School Publishing Corporation. Boston
Mazzucato, M. (2014). El Estado Emprendedor, Mitos del sector público frente al privado. Barcelona: RBA.
Artículo enviado como contribución al “Manifiesto de innovación pública desde las universidades”. Si lo deseas, puedes enviar tus aportaciones.
Foto de Rafaela Biazi en Unsplash